ESPAÑA 12, MALTA 1
Viendo en el periódico los índices de audiencia de la selección española en el mundial de Sudáfrica, cualquiera diría que la televisión está en crisis. Sólo hay que sustituir los telediarios, el informe semanal y el programa de Punset por partidos de fútbol. A ser posible, de esos en los que juegue España y encima gane. Si pusieran ininterrumpidamente el partido del 12 a 1 a Malta del 21 de diciembre de 1983, seguro que los ingresos por publicidad en el descanso alcanzarían para cubrir las nóminas de todos los empleados del ente público de aquí a Navidades. Luego, en Navidades, repetir las mejores jugadas y de nuevo los ingresos llegarían para la paga extra, los regalos de Reyes y hasta la cesta con pata de jamón ibérico incluido. Pero no. Tienen que ponernos programas culturales, de esos de libros, de exposiciones y debates que no soporta ni el cámara, quizá por eso son todos en plano fijo. Nada mejor para subir las audiencias que tres regates de Iniesta, ver a Sergio Ramos corriendo por la banda o a Puyol volando por los aires para rematar de cabeza directo a la red. Si yo fuera directivo de Televisión Española contrataría a toda la plantilla de la selección de fútbol como si fueran plantilla de ente público. Aunque seguro que hacerlo me traería algún encontronazo con Hacienda, pero eso se soluciona con un par de maletines donde el Louis Vuitton va por dentro. Que cada uno tiene su precio, oiga. Si no, que se lo digan a los miembros del consejo directivo de los canales donde emiten los partidos de la selección. Han puesto los precios de los espacios publicitarios más altos que el nivel de juego de los 23 jugadores elegidos por Del Bosque. A eso por aquí lo llamamos arrimar el ascua a la sardina. Si antes no pasábamos de cuartos, de los cuartos ahora no pasa nadie. Empezando por los canales de televisión y terminando por las tiendas bazar de chinos de Chueca, que sustituyen sin complejos la venta de la bandera arcoíris del colectivo gay por la rojigualda de la selección de fútbol en función de quien vaya marcando más (más paquete los primeros o más goles los segundos).
Si hacemos caso a la historia, parece que no hemos cambiado mucho. Cuando Cristóbal Colón llegó a lo que creía la India y luego resultó ser América, allá que nos fuimos todos en masa. Cuando hacen el dos por uno en el Carrefour, lo mismo, allá que vamos todos a cargar el coche aunque no sepamos lo que ofertan, ni falta que hace. Cuando empiezan las rebajas en el Corte Inglés, allá que vamos todos a por lo que no necesitamos, sólo porque está más barato de lo que estaba cuando tampoco lo necesitábamos.
Así somos en este país, nos movemos en masa para todo, desde aumentar los índices de audiencia en televisión hasta para aumentar los índices de desempleo. Y no te quedes atrás, que ya sabes lo que también dicen en este país: maricón el último.