EL BOTELLÓN
Bebo mucho. Cuando reconoces que bebes mucho, es que ya estás bebiendo demasiado. He llegado a esta conclusión mientras hago recuento de los cubatas que llevo encima, que como soy de letras puras deben ser seis o cinco, ya no recuerdo. Es lo que tiene el beber, que te hace olvidar, empezando por el número de copas que llevas encima, siguiendo por lo que dices y terminando por lo que haces. A estas alturas, reconozco haber olvidado la cantidad de alcohol ingerido, pero para evitar olvidar lo que voy a decir he decidido escribirlo, por si me diera por seguir rellenando mi copa con J&B, Coca-cola y hielo y mañana no pudiera encontrarme ni a mí mismo.
En los anuncios de todas las marcas alcohólicas superiores a siete grados aparece la leyenda “beba con moderación, es su responsabilidad”, pero no dice nada sobre lo que es moderación y menos sobre el significado de la responsabilidad. Es algo que no te enseñan en el colegio, el instituto o la universidad, por lo que tienes que aprenderlo según van pasando los años y sobre la marcha, mejor dicho a marchas forzadas. Si el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte incluyera en su plan de estudios la enseñanza moderada a beber, no me cabría ninguna duda de que los jóvenes no la aprenderían por su cuenta en los botellones de fin de semana, que son algo así como actividades extraescolares donde cubrir las carencias que la educación académica posee a día de hoy. Cada vez que veo a un grupo de jóvenes haciendo botellón en el barrio, me uno a ellos por si pudiera aprender a su lado la responsabilidad que nunca encontré en las asignaturas de BUP y COU.
Algunos dicen que los adolescentes de hoy en día no saben hacer otra cosa que juntarse en las plazas para hacer botellón, pero esa gente que lo dice, lo que no sabe es que donde realmente están los jóvenes es en clase, concretamente en clases de ciudadanía. Por eso me junto con ellos, para que al menos alguien que supera los 40 pueda pasar por su profesor y les muestre con todo lujo de detalles y en persona los resultados de la falta de moderación y de responsabilidad en cuanto al consumo de alcohol se refiere. Por supuesto que nunca les cobro el tiempo empleado en concepto de clases particulares, ya que como buen profesor vocacional que soy, sólo miro por su futuro. Y por eso les he puesto unos deberes para el próximo fin de semana y como no superen el examen con nota, les envío a todos a septiembre y me quedo tan pancho. Y otra cosa más, siempre paso lista, aunque he de decir en su favor, que nunca falta ninguno de ellos. Qué grande ser joven.