A LA COLA DE EUROPA

El FMI (Fondo Monetario Internacional) nos ha dicho que estamos a la cola de Europa. Para mí no es algo nuevo, la verdad. Y me imagino que para el resto de españoles tampoco, ya que siempre hemos estado a la cola de algo. Cuando no ha sido a la cola del cine, ha sido a la cola del autobús o la cola con J&B. Es algo a lo que estamos muy acostumbrados, y por mucho que venga el FMI o la UE (Unión Europea) a decírnoslo, no van a lograr que cambiemos de hábitos ni que se nos atragante nada, especialmente el J&B.

Y me pregunto yo, ¿para qué somos europeos? ¿Para estar a la cola? Cuando no formábamos parte de nada, no estábamos a la cola de ninguna cosa. Simplemente estábamos, que no es poco. Pero en cuanto somos parte de algo, nos colocan al final. Y encima nos lo dicen como si no supiéramos de qué están hablando. Por algo se dice que los últimos serán los primeros, que no hay mal que por bien no venga, que quien ríe el último ríe mejor y que en abril buena sombra le cobija (o algo así). Tampoco hay que ser muy listo. No hay más que ver el mapa de Europa para ver donde está geográficamente España: pues en la cola. Esa cola que nos hacen mover los que están más arriba para espantar a los que vienen de más abajo subidos en pateras o se agita para demostrar alegría cuando recibimos otro tipo de visitas, en este caso, las que vienen de arriba.

El tono en el que lo han dicho también es preocupante: “España está a la cola”. Con ese “rintintín”, ese desprecio implícito de quien se cree en su derecho de mirar por encima del hombro sólo por ser más alto, como si la cola fuera una parte del cuerpo menos importante que los hombros. Pues que sepan que sin cola, los gatos no mantendrían el equilibro, los canguros de nuestras antípodas no podrían impulsarse, los monos de Gibraltar no saltarían de rama en rama y los burros no podrían espantar a las moscas. Aquí sabemos de sobra lo que significa la cola. Si hasta tenemos un premio con forma de cola. Pregúntenle sino al torero Jesulín de Ubrique cuántos rabos ha cortado a lo largo de su carrera. Si la trayectoria política se midiera por la cantidad de colas que con sangre, sudor y lágrimas ha conseguido Jesulín, ahora podría ser presidente de turno de la UE y hasta del FMI. Qué ganas tienen éstos de Europa de tocarnos la…cola, ¿no?

Os dejo, que tengo que ir a sellar el paro, que luego se monta una cola que lo flipas.

  1. Miguel

    Me da verdadera pena cuando finaliza la reflexión diaria. El párrafo final siempre es de redoble de campañas. Gracias primo. Es de lo poco coherente que «escucho» a lo largo del día. UA

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  2. Juan Carlos Monroy

    Hola Miguel, tienes razón. Todas las reflexiones deben conducir a una conclusión. En ocasiones es optimista porque la realidad lo es, y en otras, no lo es tanto. Cierto es, que la realidad responde al modo en el que es enfocada, pero somos humanos y no siempre se puede estar de buen humor. Vivimos en comunidad y resulta duro abstraerse de la realidad propia y de la que nos afecta proveniente de los demás. Por suerte, escribir ayuda a espantar los fantasmas. Gracias por tu comentario. Un abrazo!!!!

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