RAROS SOMOS TODOS
Me encantan los nombres de los grupos de fans del Facebook. Hay uno que se llama “Yo soy de la minoría que diferencia entre “haber” y “a ver” y entre “hay”, “ahí” y “ay” y otro grupo llamado “Si tu ex te dice: “nunca encontrarás a alguien como yo”…tú contéstale: “esa es la idea”, pero especialmente me gusta el que lleva por nombre.“Las impresoras son baratas, sí, pero la tinta debe ser sangre de unicornio”. Razón no le falta a quien haya creado semejante grupo, que cuenta por cierto con más fans que el perfil de Esperanza Aguirre (una prueba más del nimio interés de los internautas por la política populachera, la mala política quiero decir, no se me ofendan).
Los cartuchos de mi impresora me salen por un ojo de la cara, y al de tinta negra le añado medio riñón cada vez que lo renuevo. Es evidente pues, que la sangre de los unicornios es de color cian, magenta y amarillo con una dosis más alta de negro, cosa que hemos descubierto gracias al Facebook. Este hecho convierte a estos animales mitológicos en seres con dificultades para encontrar reservas de sangre con el mismo grupo sanguíneo. En este sentido no les diferencia mucho de los seres humanos, a juzgar también por las dificultades que tenemos a la hora de distinguir entre “haber” y “a ver” o encontrar esa pareja que no te diga en un momento dado eso de que nunca encontrarás a alguien como yo. Hasta ahora, pensaba que los unicornios tenían la sangre azul, lo digo por la canción de Silvio Rodríguez, aunque creo que si a él se le perdió debió ser porque fue a tirar del carro de Manolo Escobar que, por cierto, aún sigue buscando allá arriba en el cielo de los cantantes junto a Antonio Flores y El Fary.
Analizando los muchos nombres de los grupos que existen en Facebook y la cantidad de personas que contienen cada uno de ellos, podríamos afirmar que la población mundial se ha multiplicado por quince en los últimos años. Habrá muchos miembros que pertenezcan a varios grupos, y seguro que con contradicciones entre sí. Lo que deja de manifiesto que el ser humano es más raro aún que la sangre del unicornio, que ya de por sí es un animal más raro que un perro verde. Yo nunca he visto a un unicornio de verdad, ni tampoco a un perro verde, pero si hay un grupo de amigos de los perros verdes en Facebook voy a hacerme fan como me he hecho fan del de las impresoras que funcionan con sangre de unicornio. Y además voy a crear por mi cuenta y riesgo otro grupo que me ayude a tratar de comprender lo raro que es todo. Se admiten sugerencias para el nombre.