LA POESÍA Y EL SER HUMANO
“Dios no vive en la tierra”. Lo acabo de leer en un grafiti y me ha parecido una frase tan cierta que no he podido evitar apuntarla en un papel y guardar la nota en el bolsillo, no sea que se me vaya a olvidar y la liemos parda. Si al caminar, miras a tu alrededor y prestas atención, te vas cruzando con versos sueltos a cada paso, y si tienes boli y papel a mano para registrarlos todos, estoy convencido que se pude armar una bellísima poesía. Sobre ladrillo, con pintura en espray o a brochazo limpio; en hormigón armado o por los suelos de la acera a tiza o a rotulador indeleble, toda ciudad tiene sus poetas urbanos que van dejando legados por doquier en forma de bellos versos o palabras escogidas. Lamentablemente ninguno estampa su firma para certificar autoría, pero eso creo que es porque ni ellos mismos saben aún que son poetas o poetisas, que nunca se sabe con los géneros (los de la literatura digo, no los otros).
Como he tenido de siempre un poco de complejo de Diógenes, voy recogiendo toda la literatura en palabras que encuentro por la calle y tras escribirlas en las hojas de mi cuaderno las meto en mi bolsa de reciclaje para llevármelas a casa donde podrán dormir bajo techo y no a la intemperie que no es el sitio más adecuado para la belleza. Llevo haciéndolo desde ni se sabe y podría decirse que ya estoy listo para lanzar al mercado mi primera obra poética, eso sí, de mil y un autores desconocidos. He pensado en ponerle como título otra frase rescatada de las paredes de mi ciudad: “Nadie nos dijo que la vida era esto”. Hoy mismo he quedado con mi editor para negociar los royalties de la obra literaria y una vez cubiertos todos los gastos de edición y distribución voy a entregar los beneficios al lugar de donde he ido sacando cada una de las frases, es decir, a la calle. Por eso voy repartiendo billetes de 20 euros a cada mendigo que me encuentro por ahí. Así podrán asearse un poco, estrenar ropa nueva y dormir al menos una noche bajo techo y no a la intemperie que al igual que la belleza, tampoco es el sitio más adecuado para un ser humano.