ESPAÑA ES GRANDE, MUY GRANDE

En España existen, que yo sepa, cinco familias de “grandes” de España. Corríjanme si me equivoco, que yo para esto soy muy de pueblo llano, pero están los Alba, los Medinaceli, los Medina-Sidonia y los Osuna (si me he saltado alguna al pasar lista, levanten la mano los no aludidos, por favor).

Si ellos son los “grandes” de España, me pregunto qué seremos los demás, los “pequeños” de España, ¿no? Supongo que los apellidados García, López, Pérez y González no tienen nada que hacer frente a los “grandes” de España, a pesar de ser los primeros en tener los apellidos más grandes de España, por cantidad, me refiero.

Fue Carlos I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, quien en el siglo XVI se sacó de la manga esa privilegiada distinción para premiar como “grandes” a los nobles por hacer cosas no menos pequeñas en los asuntos del monarca, que ahora mismo no detallo y paso a resumir en: batallar contra los turcos, batallar contra los franceses, batallar contra los luteranos y seguir batallando contra todo bicho viviente que le llevara la contraria. Por eso, mejor llevarte bien con él y convertirte en “grande” que no hacerlo y acabar diminuto, debieron pensar los nobles de la época.

Los libros de historia dicen que el monarca nombraba a un nuevo “grande” de España con el procedimiento de ordenarle que se pusiera el sombrero en su presencia a la voz de “cubríos”. Por eso, hoy cuando camino por la calle y veo a un rapero con la visera torcida pienso que estoy ante un “grande” de España y no puedo evitar cuanto menos que realizar una genuflexión. No sea que piense que le llevo la contraria y le dé por iniciar una batalla de gallos donde seguro tengo las de perder, ya que los raperos están más capacitados para las rimas improvisadas que un servidor.

Aunque hayan pasado más de cinco siglos desde que el emperador pusiera de moda repartir títulos a troche y moche, parece que la cosa sigue en alza. El último “grande” de España lo nombró el exrey Juan Carlos hace 7 años. Desconozco si empleó el mismo protocolo de su tocayo, pero si le dijo eso de “cubríos”, sería porque llevaba sombrero, prenda del vestir, que por cierto, tampoco está muy de moda, salvo entre los raperos, claro. Por eso creo que los raperos deben ser, a día de hoy, los únicos merecedores de ese título. Por eso, y por saber como nadie encadenar una palabra tras otra con musicalidad, cosa que el exrey jamás ha sabido ejercer en sus casi 40 años de reinado, salvo cuando se la escribían y él las leía, y a veces, ni eso.

Créanme cuando les digo que por mucho que lo he intentado, no termino de comprender que en pleno siglo XXI un título nobiliario te haga “grande” de España por no hacer nada, cuando hay miles y miles de “pequeños” españoles que hacen lo imposible para llegar a fin de mes, conjugar trabajo y familia y pagar puntualmente la hipoteca de la casa para no ser desahuciados. Les juro que lo he intentado comprender, pero francamente, a mí todo eso, se me queda grande, muy grande.

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