AMOR, AMOR, AMOR
Acabo de descubrir que para incrementar la posición del blog de artículos (que usted está leyendo en este instante) dentro la galaxia digital de Google tengo que incluir aquellas unidades lingüísticas dotadas de significado que posean un razonable alto número de búsquedas mensuales a lo largo y ancho de internet. Como soy más analógico que digital, he consultado a mi sobrino de 12 años para lograr el mayor número de lectores posible. Y lo he hecho porque mi sobrino, además de ser nativo digital, es la persona que tengo más a mano. Y como en la mano está lo relativo a digitar, pues he pensado que nadie mejor que él para resolver mis dudas digitales. Después de plantearle mi pregunta, me ha desvelado que lo mejor es encontrar palabras clave con competencia baja. ¿Eing?- he contestado yo de forma onomatopéyica. Las palabras con competencia baja son más fáciles de posicionar y, por lo tanto, sirven para aumentar el ranking más rápidamente- ha respondido mi sobrino al tiempo que yo sentía en mis carnes una mirada de superioridad impropia de un púber. ¿Mandeeee!!!?- he vuelto a preguntarle mientras trataba inútilmente de recomponer mi dignidad de adulto. Adquirir cierta reputación on line cuesta mucho tiempo. Pero para incrementar el tráfico orgánico, la optimización del empleo de términos long tail permitirá ganar visitas únicas y disparar las cifras de entradas a tu blog- me ha soltado dando por hecho que entendía todas y cada una de las palabras que salían de su boca de nativo digital. ¿Y si hago todo eso que dices, tendré más lectores?- he vuelto a preguntar como si en lugar de estar ante mi sobrino de 12 años estuviera ante mi médico de cabecera. A veces, lo que vale hoy, mañana no vale- ha respondido tajantemente, dando a entender que su origen digital le otorga una sabiduría superior e innata a los nacidos antes de 1990- porque los criterios que sigue el buscador de Google varían en función de los parámetros que establecen los algoritmos diseñados y que aleatoriamente son modificados siguiendo la experiencia de usuario- ha concluido tras renunciar a continuar ofreciéndome explicaciones a sabida cuenta que no comprendía nada de nada y le miraba como a un extraterrestre a pesar de compartir consanguinidad.
Finalmente, después de soltarme una retahíla de términos incomprensibles para un náufrago de las nuevas tecnologías como yo, he tomado la firme decisión de recurrir a la palabra clave que probablemente tiene la competencia más baja en nuestros días: amor. Y parece que está funcionando porque cada vez que recurro a incluirla en mis artículos, el número de lectores aumenta. Y una prueba de ello es usted mismo, que debe ser el visitante de mi blog número 5.012.