LAS DIEZ CIUDADES CON LOS HOMBRES MÁS TRACTIVOS DEL MUNDO
Hace unas semanas escribí un artículo titulado “Las diez ciudades con las mujeres más hermosas del mundo”. Como soy muy equilibrado, tanto en la alimentación como en cuestiones de índole sexual y sobretodo en el modo de valorar distintos puntos de vista, he considerado balancear el índice de belleza humana escribiendo otro artículo titulado “Las diez ciudades con los hombres más atractivos del mundo”. El título tampoco en esta ocasión lo he puesto yo. Lo he vuelto a copiar de un post de la misma revista digital donde leí el referido a las diez ciudades con las mujeres más hermosas del mundo y que muchos de ustedes ya conocen porque es uno de los post más leídos de este blog (este último dato es un toque de autopromoción, que para eso he sido publicitario muchos años)
Pero volviendo al meollo del asunto, para empezar, la palabra “hermosas” ha mutado en “atractivos”, como si no hubiera mujeres atractivas ni hombres hermosos. En el artículo menciona que entre los rasgos irresistibles para el sexo femenino del hombre atractivo están los ojos grandes, los labios gruesos, los hombros fornidos, las manos firmes, el trasero preponderante y un gran carisma. Es decir, que el adjetivo preferido por las féminas sigue relacionado con el tamaño (para que luego digan por ahí que lo grande no importa). Los aspectos secundarios son el color del cabello, el tono de los ojos, la tonalidad de la piel e incluso la diferencia idiomática. Dando rienda suelta a mi afición al refranero popular, diría que la expresión “en la variedad está el gusto”, sería el modo más adecuado para definir las preferencias menos preferentes.
Con estos datos en mente he salido a la calle (al igual que hice antes de redactar el anterior artículo sobre “Las diez ciudades con las mujeres más hermosas del mundo”) con la intención de descubrir si en mi pequeña capital de provincias encontraba a alguno de los “diez hombres más atractivos del mundo”. Y tal y como me ocurrió en la ocasión anterior con la búsqueda de mujeres hermosas, “nasti-de-plasti”, o sea, nada de nada, o mejor dicho nadie de nadie. Puede que al ser hombre como soy, mi opinión sea absolutamente parcial o que el hecho de tener un ojo vago (el izquierdo, concretamente) me impida ver con altura de miras aquello que resulta atractivo para una mujer, es decir, todo lo “grande” que debería tener un hombre, empezando por lo que salta a la vista y terminando por lo que permanece oculto entre las…
Y a la vista de la escasez de resultados obtenidos y para dar por terminado este artículo, he decidido entrar en un bar y pedirme una cerveza bien grande, que no sé si por su tamaño atraerá a las mujeres, pero les puedo garantizar que por ser grande a mí me resulta más atractiva que una simple caña.
Buen día a todos y todas. Y salud, mucha o grande, como prefieran.