SOMOS NOVIOS
Si vamos a ser novios a partir de este primer beso que acabamos de darnos, te daré todas las alegrías del mundo en todas las formas posibles habidas y por haber. También quiero que sepas que te diré poemas al oído cada noche. Y que te haré sonreír con sólo mirarte a los ojos y sin tan siquiera abrir la boca. Y cuando lo haga, será para meterte la lengua hasta la campanilla dándote el beso más profundo e intenso que jamás has recibido en tu vida. Si vamos a ser novios después de habernos besado como acabamos de besarnos, has de saber lo excitado que me has dejado y que si cada vez que nos besemos voy a notar que el calzoncillo se me queda como si tuviera dos tallas menos, has de saber (insisto) en que me será difícil mantener la compostura y resistir la tentación de conducirte a un hotel o a tu casa o a la mía o al portal más cercano que encontremos de camino a un hotel, a tu casa o a la mía y abrirte de piernas con un beso en los labios. Si vamos a ser novios después de haber notado el sabor de tu lengua en mi paladar y el temblor de tus manos en mi bajo vientre, habrás de saber que cada mañana te voy despertar con mil caricias en la espalda, un collar de besos en el cuello y un mordisco en la nalga. Por la noche, antes de caer rendidos por el esfuerzo, y después de haberte llamado lo que quieras que te llame en el momento exacto en el que quieras oírlo, tienes que saber que cada lágrima que vea brotar de tus ojos será de emoción. De la emoción que supone llenarte de halagos, agasajos y demás “agos” y “ajos” escritos con «ge» o con jota. Quiero sentir el dolor que se siente en la piel cuando al apoyar la espalda en el respaldo de una silla recuerde de sopetón que la noche anterior me habías arañado hasta romperte varias unas de tus dedos. Quiero que la gente me pregunte a qué se deben esos ronchones que tengo alrededor de la garganta y que parecen “chupetones” (y que efectivamente son “chupetones”). Deseo conocer mundo, viajar, descubrir países, ciudades, pueblos, aldeas, pedanías, calles y rincones, y quiero hacerlo de tu mano y metiéndote mano en todos los rincones de tu cuerpo y en todos los rincones de calles, pedanías, aldeas, pueblos, ciudades y países que descubramos juntos. Quiero recordar cada minuto de cada noche que pasemos sudando el uno frente al otro (o detrás si lo prefieres), y si para conseguir recordar es necesario grabarte con cámara de vídeo, lo haré, incluso cuando no estés mirando porque “estás a lo tuyo” y “yo a lo mío” (que también es lo tuyo como lo mío es tuyo).
A partir de este beso, quiero ser tu novio. Y que este beso no signifique que somos simplemente “amigos”, por mucho “igos” que tenga la palabra “amigos” e incluya la letra “ge”, como la del punto “G” que alcanzarás cada noche conmigo desde el beso que acabamos de darnos el uno al otro. Porque un beso siempre es mucho más que un beso.