EL SEXO ANAL ESTÁ SOBREVALORADO

-“Este artículo tiene miga, seguro”.

 -“Con este titular, habrá que seguir leyendo”.

 -“Wow! Aquí hay temita, que lo sé yo”.

– “Ni sé lo que es el sexo anal ni quiero saberlo, pero aún así, voy a seguir leyendo”.

Si ahora mismo pudiera penetrar en las mentes de los lectores (el uso de la palabra “penetrar” es totalmente intencionado, que lo sepan), estoy convencido de que más de uno se habrá identificado con alguno de los testimonios que acabo de escribir en tipografía cursiva y usted acaba de leer inclinando la cabeza 10 grados a su derecha. Así es el ser humano (entre los que me encuentro yo y también usted, supongo). Basta con incluir la palabra SEXO en el título, para ganar lectores (y lectoras, que las mentes calenturientas no entienden de género). Tengo más que comprobado, gracias a las estadísticas que amablemente facilita el señor Zuckergber en su plataforma en forma de red social llamada Facebook, que los artículos con título referidos al SEXO son los que más gustan de todos cuantos publico casi a diario. Si usted es lector o lectora habitual de este blog, se habrá percatado de la innumerable variedad de materias que suelo tratar. Aún así, aquellos titulares alusivos al SEXO en cualquiera de sus modalidades, formas, posturas, posiciones, variantes, colorantes y conservantes triunfa en visitas muy por encima de aquellos que carecen de palabras concernientes a las relaciones carnales. A la hora de hablar de SEXO ocurre lo mismo que al hablar de fumar, que entran ganas de hacerlo de inmediato (las ganas de fumar, digo, las otras ganas se tienen siempre). Por no mencionar que cuando se habla de evitar hacerlo, la excitación se incrementa de modo inversamente proporcional a la manera de eludir el asunto en cuestión.

En el año 2011, un estudio publicado en el Journal of Sex Reserch y realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, afirmaba que los hombres piensan en asuntos relacionados con el SEXO unas 19 veces al día, frente a las mujeres que lo hacen en 10 ocasiones (lo de pensar, digo, no me sean salidos). Ese mismo año, el 2011, fallecía el ensayista y orador Christopher Hitchens quien además de pasar a la historia por contribuir al libre pensamiento humano, será recordado por una memorable frase en la que afirmaba que las cuatro cosas más sobrevaloradas en la vida son el champán, la langosta, los pícnics y el sexo anal. Como ya sabrán ustedes por anteriores artículos ofrecidos en este mismo blog, soy alérgico al marisco, el champán me produce gases y dejé de asistir a pícnics cuando sobrepasé la adolescencia.

Y respecto al otro asunto sobrevalorado por Christopher Hitchens, podemos hablarlo o evitarlo. Pero como hombre que soy quiero sepa que le dedicaré uno de mis 19 pensamientos de hoy. Y si usted es lectora y tiene intención de dedicarle al menos uno de sus 10 pensamientos, le facilito mi teléfono de contacto por si desea comprobar si realmente ese tema está sobrevalorado o todo lo contrario. Buen fin de semana a todos (y todas).

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