ESTAR ENAMORADO ES UNA PEDORREZ

Quienes afirman que el amor trastorna a las personas tiene toda la razón del mundo. Seguramente recuerden la primera vez que fijaron sus ojos en una persona del sexo opuesto (o quizá del mismo). Al menos yo sí lo recuerdo. Fue allá por 1981. Lucía, se llamaba. Y si recuerdo su nombre no es porque tenga buena memoria o conserve un grato recuerdo de aquel primer flechazo de amor (o lo que significara aquello), sino porque escribí el nombre de Lucía más de cien veces en las ultimas páginas del cuaderno de matemáticas (amo a Lucía, amo a Lucía, amo a Lucía, amo a Lucía, amo a Lucía…)

El cantante Raphael dice que estar enamorado es descubrir lo bella que es la vida, confundir la noche con los días, caminar con alas por el mundo, vivir con el corazón desnudo, ignorar el tiempo y su medida, contemplar la vida desde arriba, divisar la estrella más pequeña…y otra serie de gilipolleces que además de obligar a tener una vista telescópica para divisar la estrella más pequeña, te exige caminar por la calle con alas como si estuviéramos en Carnaval o fueras una modelo brasileña en pleno desfile de Victoria´s Secret.

Con la llegada de las nuevas tecnologías, el medio más usado por los jóvenes enamorados de hoy en día para manifestar sus sentimientos es el Whatsapp. En mi época joven, allá por las últimas décadas del siglo pasado, me tiraba horas pegado al auricular del teléfono fijo del domicilio de mis padres (sí, querido lector joven, antes existía un aparato llamado “teléfono fijo”). En aquellos años  la única conversación que mantenía con quien fuera mi novia (o novias) de entonces y cuyo nombre (o cuyos nombres) ya no recuerdo, se reducía a decirnos mutuamente: “Cuelga tú”, “No, mejor cuelga tú”, “Que no, cuelga tú”, “Tú primero”, “No, tú primero” y así hasta que llegaba el señor padre de ella (o el mío) y terminaba por zanjar la conversación dando de baja la línea de teléfono impulsado por el alto precio del amor o lo que es lo mismo por el incremento en la factura telefónica. A día de hoy, donde sin teléfono fijo y con tarifa plana resulta más fácil tener novia que nunca, el Whatsapp resulta francamente muy eficaz para ser empático con el sexo contrario ya que basta con enviar un emoticono con forma de corazoncito para mostrar el sentimiento amoroso a tu pareja. A más corazoncitos, más amor y a menos corazoncitos, más sospechas de que te están dando calabazas. Otro síntoma que demuestra que estás enamorado es que te sientes henchido de felicidad. Aunque mejor habría que decir que estás hinchado, pero no sabes si es por la felicidad que sientes o por las veces que te aguantas tirarte un pedo delante de ella. Se me ocurren mil y un casos en los que he estado al borde del colapso por retener una flatulencia sin posibilidad alguna de expeler de mi cuerpo por el simple hecho de sobrevenirme justo estando en su presencia. En una ocasión, tuve que simular que había dejado el coche en doble fila para poder alejarme unos metros de mi novia y aliviar el suplicio de un pedo que intentaba ver la luz. Cuando regresé de “quitar el coche en doble fila” fue cuando mi novia me dijo que me dejaba. ¿Por qué? pregunté yo. Porque eres un mentiroso compulsivo, respondió ella. ¿Cuándo te he mentido?, volví a preguntar. Ahora mismo, ¿se puede saber a dónde has ido si no tienes coche?, seguro que te has alejado de mí para enviar un emoticono de corazoncito a tu amante, ¿verdad?, dijo ella. Y como no tuve los cojones de confesar que había ido a tirarme un pedo, dije que sí. Qué difícil nos lo pone el amor.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s