HUEVOS NAPOLEÓN
Para dos personas (heterosexuales y diferente sexo): Dos rebanadas de pan tostado cortado en daditos, una cucharada de mantequilla, un cuarto de pimiento verde, media cebolla dulce (de las pequeñas), medio diente de ajo, ciento cincuenta gramos de queso mozzarella, sal, pimienta negra, aceite de oliva y lo más importante: dos huevos. Precalentar el horno a 180 grados durante cinco minutos. Mientras tanto, derretir una cucharada de mantequilla en una sartén. Añadir después la cebolla picada y el pimiento verde troceado en pequeños dados. Pochar los ingredientes durante un periodo de tiempo de entre 3 y 5 minutos (no te llevará mucho más). Añadir el diente de ajo picado y cocinar un minuto sin dejar de remover. Barnizar de aceite de oliva virgen extra el interior de dos recipientes con forma de cazuelita. Añadir en la base de los recipientes la cebolla, el pimiento y el ajo cocinados. Cubrir todo con los dados de pan y el queso mozzarella. Romper el huevo sobre la cazuelita, sazonar con sal y pimienta negra. Hornear durante 5 minutos hasta que el huevo esté en su punto (ni muy crudo, ni muy hecho, lo que se dice, “para mojar pan”). Finalmente servir el plato acompañado de un vino tinto de Burdeos o un delicioso Chataeu de la Negly La Falaise de 2002, y brindar por Francia con tu pareja en honor al emperador que da honor al nombre gastronómico del plato. Si al finalizar la ingesta, ella no propone hacer el amor sobre la encimera, la vitrocerámica o pasar al dormitorio a disfrutar del “postre”, es prueba evidente de que ni eres un conquistador como Napoleón ni tienes mano para la cocina, que es lo mismo que decir que no tienes mano en la cama, o lo que es igual que decir que de Master nada de nada y de Chef cero pelotero. Dicen que a los hombres se nos conquista por el estómago, pero a muchas mujeres también “en” la cocina.
La semana que viene propondré escalivada de verduras para dos personas (heterosexuales u homosexuales), que el placer del amor y el placer de la cocina no entienden de géneros.