LA ENTREVISTA DE TRABAJO

Estimado Sr. (responsable del departamento de recursos humanos):

Mi nombre es Josefina Martínez de Andrés y le escribo en relación a la oferta de trabajo para el puesto de secretaria personal que su empresa ha publicado en el periódico local del pasado martes y que reza de la siguiente manera:

“Bufete de abogados internacional busca secretaria personal para trabajo de exportación. Enviar currículum vitae por correo con foto de cara y cuerpo entero”.

Por la presente quiero comunicarle mi desinterés por el puesto, motivo por el cual no adjunto en esta misiva el currículum vitae que solicitan, y mucho menos la fotografía exigida de cara y cuerpo entero (tampoco queda claro si se refieren a una fotografía de cara y otra de cuerpo entero, o una sola fotografía de cara unida al resto del cuerpo, aunque da igual porque no pienso enviársela). Además de poseer la formación requerida para el puesto que demandan, así como responder al perfil que busca para su empresa y estar enormemente motivada para desempeñar las labores propias del puesto reclamado, he considerado rechazar su oferta exponiendo a continuación y en detalle, las razones que han originado esta decisión:

Ir a una entrevista de trabajo no es fácil. Para empezar lo más importante es tener buena presencia. Sea cual sea el perfil demandado: fontanera, abogada, aparejadora, tornera, cajera o reponedora, lo que cuenta es la “buena presencia”. No es algo que diga yo, lo dicen casi todos los departamentos de recursos humanos y casi siempre por escrito: “Imprescindible buena presencia”. De poco vale mi título de licenciada, tener dos máster (uno en dirección de empresas y otro en relaciones internacionales) y haber estado presente en tropecientos cursos, talleres y seminarios. La buena presencia, si es presencial, mejor. Tampoco vale de mucho hablar inglés con fluidez y alemán nivel usuario, dominar varios paquetes de programas de ofimática tanto para Pc como para Mac, ni tan siquiera estar por debajo de los treinta años. Lo decisivo en una entrevista de trabajo (sea cual sea el trabajo, insisto) es la “buena presencia”. Tanto en las páginas salmón de la prensa económica nacional como en las diferentes webs online dedicadas a la oferta y demanda de empleo, no hay anuncio que se precie que no haga referencia a lo que algunos empresarios entienden por “buena presencia” ¿Se imagina demandar empleo exigiendo al contratante como dato imprescindible tener “buena presencia”? Para ilustrarle el caso y tomando como ejemplo la redacción de su propio anuncio, éste quedaría formulado de la siguiente manera:

“Se ofrece secretaria personal para trabajar en exportación. Jefes y directivos interesados en contratarme, envíenme currículum vitae por correo con foto de cara y cuerpo entero”.

Aprovecho para informarle que mañana por la mañana tengo otra entrevista de trabajo que he visto por internet:

“Se precisa peluquera que sea también esteticista. Nacionalidad española. Ganas de trabajar. Sin cargas familiares presentes ni futuras”.

Aunque creo que en lugar de hacer la entrevista, iré a comisaría a denunciarles por discriminación. Aprovecharé la oportunidad para sumar a la denuncia la oferta de su bufete. Puede que así terminemos de una vez por todas con esta lacra machista. Sólo espero que al presentar la denuncia, además de adjuntar el DNI no sea imprescindible tener “buena presencia”.

Sin otro particular, reciba un cordial saludo.

Firmado: Josefina Martínez de Andrés

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