TINNITUS

Vengo del concierto de AC/DC y me siento rejuvenecido por dentro, aunque envejecido por fuera. Viendo la energía que despliega en el escenario el guitarrista Angus Young resulta evidente que estoy en las antípodas de lucir su misma flexibilidad corporal a pesar de tener casi la mitad de edad que el líder de la banda más enérgica de la historia del rock and roll originaria de las antípodas (también) españolas.

Que qué comerán los viejos rockeros para llegar a viejos siendo más jóvenes que el más joven de sus fans, me pregunto yo. Estupefacientes aparte, hay que reconocer que están más en forma sobre el escenario que Eva Nasarre en el plató de TVE allá por los años 80, cuando precisamente AC/DC sacó el que es su mejor álbum “Back is Black” del que siguen desgranando cada canción en cada ciudad con estadio en la que actúan.

El caso es que han pasado más de tres meses y medio del concierto de su gira Rock or Bust World Tour y aún resuenan en mis tímpanos los acordes del Thunderstruck y los del Shoot to thrill de principio a fin, incluyendo todos los punteos afilados de la guitarra Gibson SG de Angus McKinnon Young que como su primer apellido indica, es todo un maquinón con la púa.

Preocupado por el estado auditivo de mis oídos he acudido al otorrinonaringólogo del centro de salud que cubre la Seguridad Social que abono puntualmente como empresario autónomo que soy. Tras una exhaustiva inspección auditiva, me ha dicho que lo que tengo es tinnitus. También lo ha llamado acúfenos, pero me he quedado mejor con el término tinnitus que suena más en cristiano (por estar escrito en latín, supongo). Con la palabrita dándome vueltas en la cabeza unos minutos, no he podido evitar hacer gala de mi ignorancia y consultar al doctor qué diantres significa tinnitus. Me ha dicho que se trata de un fenómeno perceptivo que consiste en notar golpes en el oído que no proceden de ninguna fuente externa. “Como por ejemplo, ¿un concierto de AC/DC?”, he preguntado al doctor. “Pueden ser pitidos o zumbidos que a veces son pulsátiles como si fueran latidos”, ha dicho él dando respuesta a mi pregunta. “Como por ejemplo, ¿el riff de guitarra de la canción Thunderstruck de AC/DC?”, he vuelto preguntar. “Especialmente con Thunderstruck, aunque con For those about to rock y con Hell Bells se nota mucho más”, ha respondido él alzando el brazo derecho y haciendo los cuernos con los dedos al mismo tiempo.

A medida que pasan los días parece que los síntomas van desapareciendo y que en breve ya no volveré a escuchar en mi cabeza los primeros acordes del Shake a leg. Por suerte tengo entradas para el concierto del año que viene en Barcelona y volveré a sufrir tinnitus de nuevo. Le diré a mi otorrinonaringólogo si se apunta. Larga vida al Rock and roll.

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