LA VIDA ES UNA COMPLICACIÓN
En esta vida hay cosas fáciles y cosas complicadas. Las fáciles no las voy a enumerar porque si lo hiciera, apenas habría contenido para el artículo de hoy. Por eso prefiero centrarme en las complicadas. Les cuento. Desde hace un mes me he tomado la molestia de ir apuntando cada día en la libreta que suelo portar conmigo todo aquello que me molesta, desagrada o complica la existencia.
Más abajo encontrará alrededor de 35 complicaciones que he recopilado especialmente para que usted se sienta identificado con ellas. Y en el caso de no ser así, le ruego que añada aquellas que particularmente le sacan de quicio o de sus casillas por no mencionar que le tocan los (incluya la palabra considere y mejor refleja su estado de ánimo cuando llega ese preciso momento). En fin, que hay va el listado de complicaciones que, a día de hoy, llevo apuntadas en mi libreta:
Dar de baja un newsletter. Tramitar a la primera un documento en cualquier administración del Estado. Abrir una página web sin que aparezca la ventana de las “cookies”. Conectar un USB al primer intento. Abrir un tetrabrick con los dedos. Desenroscar un bote de mermelada. Apagar la televisión sin el mando a distancia. Darle la pastilla al gato. Recordar la contraseña de acceso al Gmail. Buscar el mando a distancia de la tele. Encontrar las llaves de casa antes de salir de casa. Encontrar las llaves del coche antes de abrir el coche. Encontrar el mando a distancia que abre la puerta del garaje cuando voy a coger el coche. Quitar el vaho del parabrisas del coche. Ajustar la temperatura del aire acondicionado. Que la galleta María Fontaneda llegue entera a la boca después de mojarla en el café. Arrancar la Vespa a la primera. Hacer sonar un disco de vinilo sin que tiemble el pulso al poner la aguja. No cortarme al afeitarme. Ponerme el tampón a la primera (esta complicación la añade mi novia). Romper con los dedos (y no con los dientes) el envoltorio de un condón (esta complicación me la recuerda mi novia). Meter la llave en la cerradura al primer intento. Memorizar el pin del móvil. Memorizar la clave del cajero. Memorizar el número de teléfono de mi novia, el de mis padres o el mío propio. En general, memorizar cualquier cosa. Dejar de morderme las uñas. Programar el video para grabar una película que ponen de madrugada. Tragarme la publicidad que hay antes de un video en Youtube. Pegar un objeto roto con Superglue sin que el pegamento termine en la yema de los dedos. Las gotitas de pis en el asiento de la taza del wáter (esta complicación también la añade mi novia). La mancha en la camisa a la hora de planchar la camisa. El tornillo que sobra tras montar un mueble de IKEA. Poner en hora el reloj cuando cambia la hora de las 3 a las 2 (¿o es de las 2 a las 3?). Sacar a pasear al perro un domingo tras una noche de fiesta. Cambiar la rueda pinchada del coche. Que se rompa el corcho al abrir el vino…*
*Les dejo el fin de semana para que vayan pensando qué complicaciones tiene su vida de lector. Estoy seguro que coincidiremos en algunas, y también las habrá propias de cada uno (o de su novia, novio o pareja).
Si desea compartirlas, la red social es un mecanismo excelente es exhortación. De hecho, millones de personas le dan ese uso, ¿por qué usted no va a ser menos? Diga al mundo lo que le jode. A lo mejor, diciéndolo, le jode menos (es sólo una idea). Feliz fin de semana (o no).