EL CLÍTORIS AL HABLA, DÍGAME
–En el programa radiofónico de hoy, entrevistamos al único órgano humano que se dedica exclusivamente a proporcionar placer, concretamente a las mujeres: Buenos días, señor Clítoris.
–Buenos días a todos los oyentes y muy especialmente a todas las oyentes. Es un placer estar en la radio. Gracias por la invitación.
–Antes de nada, quería agradecerle el esfuerzo que ha hecho usted para estar hoy con nosotros, ya que son pocas las ocasiones en las que tiene oportunidad de vérsele en público a pesar de estar con frecuencia en boca de mucha gente.
–Cierto, tal y como usted dice, no suelo prodigarme mucho, la verdad. Últimamente, y gracias en gran medida a la industria del juguete, he tenido mayor visibilidad, especialmente a los ojos del público femenino, pero sigo teniendo mis reservas a la exposición pública.
–Para empezar la entrevista, quería preguntarle, ¿por qué piensa que usted está tan poco considerado en el mundo actual?
–Eso lo dicen las malas lenguas. Siempre que ha sido requerida mi presencia, he demostrado mi disponibilidad. Nunca he rechazado un encuentro con ningún hombre ni tampoco con ninguna mujer. Por ello, aprovecho la ocasión para dar las gracias a todas aquellas mujeres que hablan a través de mí, especialmente con gemidos, gritos y susurros.
–No deja de ser curioso que su nombre sea universal. El término clítoris es igual en casi todas las lenguas.
–Así es. Suelo estar con frecuencia en boca de los ciudadanos de muchos países independientemente de su lengua. En países de habla anglosajona, francófonos e hispanohablantes recibo el mismo nombre: clítoris. Por lo que podría confirmarse que nadie olvida quien soy una vez que sabe cómo encontrarme.
–¿Se ha sentido desplazado en alguna ocasión por culpa de la fama injustificada de la señora Vagina o inclusive del señor Ano?
–De ninguna manera. Soy sensible por naturaleza, pero a la vez poseo una gran fortaleza. Millones de mujeres en el mundo avalan su preferencia por mí, frente a las posturas defendidas por la señora Vagina y el señor Ano que, a pesar de profundas, carecen de mi intensidad.
–Lamentablemente nos hemos quedado sin más tiempo y con muchas preguntas en la punta de la lengua para nuestro invitado el señor Clítoris. Muchas gracias por concedernos su tiempo que es tan escaso como valioso.
–Gracias a ustedes por darme la oportunidad de ser más visible y ayudarme salir de la oscuridad en la que me encuentro sumergido la mayor parte del tiempo.
–Queridos radioyentes, hasta aquí nuestra entrevista con el señor Clítoris. Nos despedimos por hoy, no sin antes emplazarles para el programa de la semana que viene en el que entrevistaremos al señor Punto G. Aún está por confirmar su asistencia, pero confiemos en contar con su presencia para aclarar de una vez por todas cuánto hay de mito y cuánto de realidad en su ajetreada vida. No olviden sintonizar nuestra emisora, recuerden Seis punto Nueve en el dial.