AMAR PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD
Acabo de montar el armario Ilseng de IKEA sin mirar las instrucciones y, además del armario, me ha salido una silla. Desconozco el objetivo final del manual de instrucciones que adjuntan con el desmembrado armario dentro de la caja de cartón, pero hago público aquí y ahora que por el precio de un armario Ilseng de IKEA, también obtienes una silla, y todo ello por el simple acto de no prestar atención al manual de instrucciones de montaje.
Me pasa algo parecido con el litio que ingiero a diario para estabilizar el ánimo de la bipolaridad que padezco desde los veintitantos años (o puede que antes, pero creía que eran cosas de la edad). Cuando tomo el eutimizante que me receta mi psiquiatra, nunca leo el prospecto previamente a la primera ingesta, ni presto atención a los miligramos recomendados, e incluso, por no leer, no leo ni el nombre del medicamento que aparece en la caja. Por lo que a veces consumo Valproato de magnesio, otras veces tomo Carbamazepina y otras Lamotrigina, y siempre en cantidades indistintas según tenga el día o me encuentre en ese momento. Y funciona. Lo juro. Del mismo modo que hoy he sido capaz de montar el armario Ilseng de IKEA y me ha salido también una silla con las tablas y tornillos que me han sobrado, cuando tomo Lamotrigina, además de prevenir episodios depresivos y mantener la estabilidad anímica, soy capaz de correr media maratón, trabajar diez horas del tirón y levantarme a las cinco de la mañana para escribir artículos como éste que luego comparto con ustedes por la redes sociales.
Desconozco el objetivo de los manuales de instrucciones que acompañan a los muebles de IKEA o el de los prospectos que vienen insertos en las cajas de medicamentos que suelen recetar los psiquiatras para afecciones del trastorno bipolar (como es mi caso). Nadie que esté en su sano juicio se molesta en leer ninguna de las indicaciones y menos de las contraindicaciones que detallan en tipografía infinitesimal con todo lujo de detalles (valga la redundancia).
Puede que sea por eso por lo que el amor no viene con manual de instrucciones, para que los locos enamorados hagan uso libremente de una dosis de sentimientos según tengan el día o se encuentren en ese momento. Puede que también sea subestimar el manual de instrucciones lo que permita mezclar tuercas y tornillos para montar un armario de IKEA para ocultarse en él de por vida y que además también salga una silla para descansar cuerpo y mente. O puede que a otros, como a mí, sea la falta de amor la que me lleve a mezclar medicamentos para que lo que no consiga uno, lo logre el efecto del otro.
Con los amores que he tenido a lo largo de mi vida, me ha ocurrido algo parecido: lo que no ha conseguido uno, lo ha logrado otro; aunque entre el primero y el segundo haya tenido que probar de todo, incluyendo cajas y cajas de antidepresivos.