ESTOY CADUCADO
Nadie mira la fecha de caducidad de nada de lo que adquiere, salvo cuando vas una entrevista de trabajo.
El Currículum Vitae de los que sobrepasamos los 40 años con creces (y con experiencia) tiene más opciones de acabar en la bolsa de basura que de estar en la bolsa de trabajo de cualquier empresa que ofrezca contratos basura.
La semana pasada acudí a una entrevista de empleo para cubrir el puesto libre dejado por un señor mayor que acababa de jubilarse. Supongo que era por haber cumplido los 67 años tal y como estipula la ley (y que por ser ley no quiere decir que sea justa, que quede claro). Las condiciones específicas del contrato estipulaban que para “el correcto desempeño del oficio es exigible una formación acorde con la función a desarrollar, experiencia mínima de 2 años en puestos similares, así como una cualificación avalada por logros obtenidos en base a objetivos empresariales definidos en el plan anual de empresa de la compañía y fiel al historial laboral según convenido sindical”.
De los 52 candidatos parados de larga duración en situación de desempleo que presentamos Currículum Vitae, únicamente 3 cumplíamos la totalidad de requisitos exigidos. De los 3, uno de ellos retiró su candidatura por haber aceptado una oferta similar en Holanda (por triple remuneración), el segundo optó por acogerse a su derecho de capitalizar la totalidad del montante del paro para abrir su propio negocio (un bar de copas en un polígono industrial). Por lo que el único cualificado que quedó disponible para cumplir con el trabajo por eliminación, era yo.
A la hora de ir a firmar el contrato, mostré mi DNI. Y para mi sorpresa, fui descartado de inmediato. El responsable de recursos humanos argumentó que “los mayores de 40 no aguantamos más de tres escenas diarias”, palabras textuales. Salí a la calle con el rabo entre las piernas, la moral por los suelos y el orgullo más herido que el cuerpo del mártir San Sebastián.
Qué dura es la vida laboral del actor porno. Jamás llegaremos a la edad de jubilación por mucha vocación que se tenga y por muy grande sea el tamaño de la voluntad (interprétese el concepto voluntad como se quiera).