CORZOS BAJO EL ACUEDUCTO
La noticia amable de primera hora del vigésimo segundo día de confinamiento ha sido el paseo de una pareja de corzos bajo los arcos del Acueducto de Segovia. Mientras nosotros estamos encerrados, ellos demuestran lo libres que son. Y lo hacen porque no conocen otro modo de ser.
Desde que el estado de alarma nos convirtió en reclusos de nosotros mismos, el planeta está reclamando legítimamente lo que es suyo de modo paulatino tal y como también hace la ley de la gravedad cumpliendo las normas exigidas por la madre naturaleza.
La presencia de dos corzos lejos de su hábitat consubstancial hace preguntarnos si su entorno natural está realmente bajo los arcos de un acueducto que, por cierto, ya se erigía antes de que existiese el concepto de “turismo masivo”.
No se trata del primer caso de presencia animal deambulando en el centro urbano de las ciudades (ahora no me refiero a los turistas, no me sean ustedes mal pensados). Hemos visto con anterioridad a jabalíes correteando por la avenida Diagonal de Barcelona, cabras monteses brincando por las calles de Albacete, delfines surcando los canales de Venecia e incluso a un puma gateando en las avenidas de Santiago de Chile. Son pruebas evidentes de que el planeta demanda un cambio en la relación entre los animales que lo habitan. Y muy especialmente con aquella especie que se cree superior a todas ellas y luego cae fulminada ante un ser minúsculo que ni siquiera podemos ver con nuestros propios ojos.
La naturaleza, que es sabia, nos enseña que los corzos segovianos demuestran un gusto exquisito por el patrimonio monumental que les rodea. Puede ser que aprecien con más criterio que nosotros lo que tienen a su alrededor o quizá son más inteligentes de lo que creemos y desean incrementar sus conocimientos de historia con una prueba empírica de la presencia romana en su territorio.
Para ser turistas de paso, no hay duda de lo sumamente respetuosos que han sido en su breve visita al monumento más representativo de Segovia. Y además, se han llevado una foto de recuerdo que guardaremos todos los segovianos en la memoria como ejemplo de civismo.