PAELLA

Estoy en esa edad en la que recuerdo con más detalle lo que hice hace 30 años que lo que he comido hoy. No sé si el cerebro está queriéndome decir algo o es que el paso del tiempo está echando un pulso a los recuerdos. Y hablando de recuerdos, aún tengo fresco en la memoria el día en el que me agarré la primera borrachera (y su consecuente resaca). Sin embargo, no sé cuándo me tomé el último cubata, ni dónde, ni con quién. También puedo decir de carrerilla el número de teléfono fijo de casa de mis padres, pero para recordar las cifras del número de mi móvil tengo que pedir a un amigo que me telefonee y me muestre después los nueve dígitos que aparecen en la pantalla táctil de su teléfono.

Nunca sé dónde dejo las llaves, en qué bolsillo de qué chaqueta guardé la cartera o en qué lugar pongo las gafas de ver de cerca. Tampoco me acuerdo de la última vez que tuve ocasión de charlar con mis amigos de infancia. Puede que fuera en la boda de alguno de sus hijos o quizá en la de uno de sus nietos.

Regreso de la compra del Mercadona por la misma ruta que hice cuando salí de casa con el carrito vacío. Es una rutina que cumplo a rajatabla, por si al salir por la puerta del supermercado me viene a la cabeza que estoy en la casa de verano de Dénia y enfilo la acera en dirección al paseo marítimo que es donde tenemos el apartamento de veraneo mi mujer y yo (que en paz descanse).

El otro día tuve que preguntar a un turista el camino más corto para llegar caminando a la Plaza Mayor (luego resultó que no era un turista, sino un vecino del barrio con quien me crucé en la misma Plaza Mayor).

Cuando tenía 40 años menos de los que tengo ahora, también tenía el sueño de convertirme en quien no soy. Recuerdo que estudié un carrera que no quise estudiar. Lo hice obligado por las circunstancias de quienes decían querer lo mejor para mí en un futuro, que finalmente llegó a mi vida sin darme cuenta y sin pedir permiso.

En 1973 quería llegar a ser alguien importante para mi familia, para mis compañeros y para mí el primero. Pero nada de eso importa hoy.

Hace 40 años tenía grandes sueños y lo que tengo ahora es mucho sueño.

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