A FOLLAR, A FOLLAR, QUE EL MUNDO SE VA A ACABAR
Si hay algo que me repatee más que quedarme sin papel higiénico en el preciso instante en el que es más necesario el papel higiénico, es que los enamorados restrieguen su amor ante quienes no se hallan en su misma situación afectocorrespondida*
*No busquen la definición de la palabra “afectocorrespondencia” porque no existe, me la acabo de inventar.
¿Es necesario mostrar tal cantidad de apasionamiento a los ojos del resto de mortales constantemente y en cualquier lugar?–me pregunto yo. No hay momento del día en el que no me cruce con dos enamorados que estén intercambiando sentimientos en medio de la calle como si estuvieran en medio del salón de su casa. Y digo el salón de su casa por no decir en medio del dormitorio (concretamente sobre la cama y para ser más específico preposicionalmente hablando “entre” las sábanas). Hay parejas a las que solo les falta estar desnudos para alcanzar el clímax a plena luz del día sin percatarse de que hay niños mirando (porque los niños son muy de mirar fijamente esas cosas, ¿a que sí?).
Hace algo más de un mes sin ir más lejos, y antes de que todo este lío del virus nos diese la vuelta a la vida a todos, me di de bruces con dos jóvenes que no sé si tenían cuatro brazos cada uno o las extremidades superiores se habían multiplicado por arte de magia. La mano izquierda de él estaba oculta bajo el jersey de ella, el antebrazo de ella desaparecía en la entrepierna de él ejerciendo un movimiento ascendente y descendente de modo intermitente, el brazo derecho de él rodeaba la parte baja de la cintura de ella de tal manera que la circundaba perimetralmente. Y todo este virtuosismo contorsionista era ejecutado sin parsimonia y con los ojos cerrados, además de tener sus bocas adheridas como las lapas lo están al casco de un buque mercante.
Estoy convencido de que la medida gubernamental de confinamiento en la que estamos inmersos, incrementará el índice de natalidad. Porque ya me dirán ustedes qué se puede hacer en casa durante todo el día, incluyendo sus noches, y sobre todo estando enamorado. Pues está claro: follar y follar como si no hubiera un mañana (que por cierto, a lo mejor no lo hay).
Nadie mejor que los enamorados conocen el verdadero significado de vivir el presente.
Ahí las dao¡¡ un saludo y gracias gracias gracias
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