¿QUÉ HAY DEBAJO DE LA ALFOMBRA?
El planeta ha decidido hacer limpieza general y al levantar la alfombra se ha encontrado con lo peor del ser humano.
En el año 2001, se publicó un estudio que señalaba que una alfombra estaba de media 4.000 veces más sucia que el asiento de un inodoro. No quiero imaginar el número de veces que estará de sucia por debajo, es decir, por el lugar que no está a la vista. Ese mismo lugar al que ha ido a parar la mugre que hemos estado ocultando desde hace décadas.
El tiempo es la mayor fuerza natural que existe, nadie puede ir en su contra. Pero al igual que la fuerza de la gravedad, el tiempo siempre acaba reclamando lo que es suyo. Y a día de hoy, la miseria humana no es suya porque tiene sólo un único dueño: la propia humanidad. Por eso, apartar la vista de la inmundicia no evita que desaparezca, aunque se oculte bajo la alfombra. Tarde o temprano rebosa por algún lado. Casi siempre por el lugar que menos se ve (el mismo que nunca queremos mirar).
La Madre Naturaleza lleva años mostrando su malestar. Pero sus inquilinos, no hemos escuchado. Finalmente el planeta, como único propietario del inmueble que ocupamos usted y yo, ha decidido exigir el pago de los numerosos destrozos causados por el tiempo de arrendamiento en forma de virus letal.
Cuando todo esto cambie y al mismo tiempo empiece todo de nuevo, volverá a sonar aquella vieja canción de los años 80 del grupo musical Golpes Bajos titulada “No mires a los ojos de la gente”. Seguro que la recuerdan: “…No mires a los ojos de la gente, me dan miedo, siempre mienten…”.
Hoy he salido a pasear a la calle tras 49 días de confinamiento y la gente apartaba la mirada entre sí.