ASÍ NOS VA
Cada día existen más medios para entablar relación, pero cada día nos relacionamos menos. Nunca hemos dispuesto de tanto tiempo libre para disfrutar al libre albedrío, pero jamás hemos sido más esclavos del tiempo (y también del albedrío que no sabemos gestionar).
Queremos viajar lo más lejos posible y apenas nos movemos del mismo sitio. Anhelamos un trabajo que sirva para realizarnos profesionalmente y tras obtenerlo, deseamos la jubilación anticipada desde el punto de vista legal (o desde el ilegal sin que la ley sea consciente). Exigimos a los servicios públicos lo que no reclamamos a los privados y sin dar las gracias por la atención recibida.
De jóvenes deseamos ser mayores y de adultos añoramos la juventud. Ganamos tiempo al día para perderlo de noche y lo perdemos de noche para perder el día siguiente (o la semana, si ya se supera cierta edad).
Se nos agria el carácter al volante de una marca de coche que compramos cuando nos vendieron el slogan “Te gusta conducir?”. Se gasta más de lo que se gana. Mordemos más de lo que somos capaces de tragar. Criticamos el acto de criticar. Gritamos a quien nos pide silencio y permanecemos en silencio cuando es necesario alzar la voz. Inexplicablemente, exigimos responsabilidades sobre quien descargamos la nuestra y eludimos asumir toda responsabilidad de nuestros actos ante quien deberíamos dar explicaciones.
Cuando hablar es barato, cada palabra no vale nada. Y así nos va, claro.