QUÉ RISA TÍA FELISA

Cuando llega el calor del verano, en el telediario no hablan de otra cosa. Como si no hubiera noticias más importantes por ahí. Todos los informativos utilizan los mismos recursos para ilustrar el nivel del mercurio del termómetro. Desde conexiones con las capitales más calurosas (Sevilla y Córdoba nunca faltan a la cita), hasta recomendaciones médicas para paliar la oleada de calor (con declaraciones de médicos en bata blanca incluidas), pasando por imágenes “refrescantes” de jovencitas bajo duchas de playa y ancianos abanicándose espasmódicamente sentados en un banco de un parque urbano a la sombra de un castaño de indias. También es imperativo mediático enumerar la cifra de fallecidos por golpes de calor, eso da bastante juego. No hay año que no palme algún que otro septuagenario, octogenario o nonagenario por esa causa y por ese orden. Aunque yo creo que lo hacen porque están más que hartos de este mundo y aprovechan la época estival para irse al otro barrio sabiendo que el calor acelera la descomposición, lo que para ellos es como una teletransportación a 20 gigas de velocidad ADSL.

Todos los años en fechas estivales se repite la misma historia, es lo que tiene el verano. Pero a los periodistas, la voz del pueblo, les falla la memoria (como al pueblo) y repiten constantemente las mismas frases hechas como si fuera el primer verano que sufre la humanidad. De todos los informativos que ponen por la tele, me quedo con el informativo de Matías Prats (hijo), sin lugar a dudas. Ese hombre es un poeta. Sus chascarrillos son marca de la casa. He pensado en escribir a la Real Academia Española de la Lengua y hacer una propuesta para incluirle como miembro de honor gracias al enriquecimiento del idioma con sus frases ingeniosas y llenas de “chispa”. Ahora mismo no me viene ninguna a la mente, pero cuando lleguen las tres de la tarde, hora de emisión de su informativo, no pienso perdérmelo tal y como llevo haciendo desde hace varios años. A ver con qué frasecita nos sorprende esta vez. Da igual que el tema de primera plana sea la guerra en Siria, el aumento del paro o la extinción del lince ibérico. Matías Prats siempre obsequia a su audiencia con un par de palabras de doble sentido que lo que realmente hacen es quitar el sentido a los televidentes. Puede que sea por eso por lo que quienes ven su cadena no tengan sentido crítico. Y si algún resquicio hubiera, él consigue hacerlo desaparecer en un periquete (qué palabra, “periquete”). Cuando Matías Prats se tome vacaciones en agosto no sé qué será de su informativo televisivo. ¿Quién le sustituirá?, me pregunto yo. Podrían poner a presentar las noticias a Chiquito de la Calzada o al Señor Barragán que no están a su nivel periodístico pero también dan mucha risa. Y total, como lo de menos es la credibilidad informativa los índices de audiencia seguirían estables y los espectadores no notarían la diferencia, con lo cual, todos tan contentos.

Es lo que tiene el verano que hace que todo nos dé bastante igual, desde lo que pasa en el mundo hasta el modo de recibir la información. Lo único importante es beber mucha agua y caminar siempre por la sombra, no sea que el calor te derrita el cerebro, si no lo ha hecho antes Matías Prats con sus chascarrillos, claro.

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