EL BOFETÓN DE WILL SMITH
Vivimos tiempos convulsos. Aunque no creo que sean más convulsos que los tiempos vividos por nuestros padres y madres, los padres de nuestros padres, las madres de nuestras madres o tatarabuelos y tatarabuelas.
Afirmar que toda incertidumbre de hoy es diferente a la incertidumbre del ayer en términos tan categóricos como se hace en tertulias, reuniones y conversaciones de barra de bar es mostrar profundo desconocimiento hacia el pasado y poco respeto por el momento presente. Especialmente hacia quien obra lo imposible por mejorar el futuro de los suyos muy suyos que es también el de los míos muy míos y por extensión el de todos muy todos.
Nadie dijo que la convivencia en sociedad fuera fácil, aunque para unos sea más fácil que para otros. Mientras navego por el mar de internet, leo una frase que afirma que el 75% de la riqueza mundial está en manos del 10% de la población. En el mismo párrafo, se dice que en nueve de cada diez ocasiones son los mismos los que tienen más opciones para acceder a los recursos básicos, pero que aún así, se lo ponen difícil a los demás en lugar de hacérselo fácil desde su posición socioeconómica de ventaja.
A medida que leo y releo todo lo que hay escrito en internet sobre el estado actual del planeta tierra, soy más consciente de lo poco que sé de lo que realmente debería saber, y eso me irrita.
Al final, he decidido apagar el router y he abierto el catálogo de IKEA que han dejado en el buzón. Nada más saludable para el equilibro emocional que vivir en la completa ignorancia de todo lo que sucede a mi alrededor en el mundo de hoy en día.
Posdata: sé que el título de este articuento no tiene nada que ver con su contenido. Pero era el único modo de llamar su atención para que leyera algo en internet que no tuviera que ver con el bofetón de Will Smith.