CUATRO LÍNEAS QUE TE CAMBIAN LA VIDA
Siempre que te pregunto que cuándo, cómo y dónde, tú siempre me respondes: quizás, quizás, quizás. Y así pasan los días, y yo desesperando y tú contestando: quizás, quizás, quizás. Estás perdiendo el tiempo, pensando, pensado. Por lo que más tú quieras, hasta cuándo, hasta cuándo.