A OLVIDAR QUE SON DOS DÍAS
Este año he decidido no montar el belén. Me da no sé qué poner a los Reyes Magos demasiado cerca del Niño Jesús, de San José y de la Virgen María, y acaben por contagiarse los pastorcillos, Herodes e incluso el caganer.
Por edad, los tres Reyes son personas de riesgo. Además, tampoco tengo claro que estén considerados como allegados por mucho que viajen desde el lejano Oriente. En el fondo lo hago por ellos. Melchor está a punto de cumplir los 70 años. Gaspar superó la edad de jubilación hace una década, aunque cada año decida darse de alta en autónomos el mes de diciembre para cumplir con las obligaciones cristianas y también con las tributarias. Y por su parte, Baltasar, que siempre parece más joven de lo que aparenta, tiene prohibido conducir por las cataratas inoperables de la vista. Por eso viaja en camello guiado por dos pajes y ofrece al Niño Dios un cofre con mirra (aunque él piense que está lleno de diamantes de De Beers al no distinguir visualmente entre una cosa y otra).
A mis dos hijos pequeños, que este año no vendrán a casa a cenar en Nochebuena por decisión irrevocable de su madre, les voy a enviar por email las fotos del belén que monté el año pasado. Las viraré a tono sepia con el efecto del Photoshop y añadiré en tipografía cursiva un mensaje de paz y amor para ellos (excepto para su madre, que desde que nos divorciamos hace 5 años sólo nos dirigimos la palabra por Whatsapp).
Total, entre unas cosas y otras, las Navidades de este año 2020 las voy a pasar más sólo que la una. Y me temo que las uvas me las comeré de igual manera, es decir, de una en una hasta que den las doce campanadas para acto seguido meterme en la cama ipso facto, que las fechas no están para fiestas ni festines.
Me bastará mirar la pantalla compartida del ordenador para brindar online con mis cuatro amigos por un Feliz Año 2021 que estoy seguro será fantástico porque lleva un número 1 al final, que es la cifra que sirve para empezar a contar y además marca una dirección a seguir: Adelante, siempre adelante.
Lo dicho. Cuídense mucho y ánimo a todos y todas. Feliz Navidad. Y como dice el villancico: “25 de diciembre, Zoom, Zoom, Zoom”.